
Uno de los grandes iconos cinéfilos de finales del pasado siglo son los hermanos Wachowski , que con tan solo una película (olvidemos el resto de su filmografía como si nunca hubiera existido), Matrix, revolucionaron la forma de hacer cine de acción. Estos visionarios no eran más que, como Tarantino, fanáticos y fagocitadotes del cine de acción que nos llega de Oriente. De ahí parten la mayor parte de sus hallazgos, de evolucionar el lenguaje de estas películas y aplicarlo al gusto de las masas. En Speed Racer vuelven a adaptar Una serie japonesa de Tatsuo Yoshida (aquí conocida como ‘Meteoro’). La película narra las peripecias de un piloto de carreras en un futuro incierto y distópico. La historia es básica, ganar etapas con la oposición de un gran magnate que amaña las carreras, todo ello aderezado con historia de amor y valores familiares muy al gusto yankie.
No les ha quedado mas remedio que lanzar la película como una obra infantil, dado que la historia no daba para más, por mucho que añadamos un orangután y un niño repelente a la composición del film. Formalmente sorprende, no tanto por la recreación digital de este mundo futuro o las carreras de automóviles, que muchas veces recuerdan a los micromachines, sino por la transición formal entre escenas y un montaje arriesgado para este tipo de productos.
Cada vez queda mas claro que lo de los Wachowski fue flor de un día y que una buena idea no puede sostener 129 largos minutos de metraje. Eso si, ver a Cristina Ricci siempre es un placer. Como adulto me aburrí soberanamente, mis hijos, como niños, echaban sus cabezaditas entre carrera y carrera. ¿A quién va dirigida esta película?
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