sábado, 17 de abril de 2010

Alicia, el cuervo y el escritorio.


Hablar de Tim Burton (como hablar de Hitchcock o David Lynch) es hablar de un sello especial. Durante toda su carrera se ha forjado un estilo inconfundible que le cataloga como uno de los pocos creadores de la meca del cine. Podríamos incluir en el grupo a Terry Gillian pero con desiguales resultados. En Alicia, Burton demuestra que detrás de un presupuesto megamillonario y un Blockbuster puede coexistir un atisbo de genialidad y arte.

Nada nuevo bajo el sol. La historia sigue siendo básicamente la misma, la perdida de la inocencia y el tomar las riendas de tu propia vida sin que los demás manejen tu destino. Sin embargo, el director siempre se reinventa en unos paisajes y unos mundos particulares, casi rozando el surrealismo de Dalí, en muchas secuencias, que hacen del film una obra de arte visual y aún más con la atmosfera envolvente y subyugante que transmite 3D.

Sin embargo, el cruce Burton-Disney ha creado unos personajes excesivamente infantiles y planos en el que segundas lecturas son imposibles. Disney ha blanqueado a Burton, lo ha descafeinado y ha eliminado por completo la complejidad y la oscuridad de algunos personajes que lo exigían. Hasta un personaje tan a priori Bombón como el Sombrerero Loco se diluye en este cuento infantil (en la peor de las acepciones lo de cuento).

En cuanto a la caracterización de los personajes se me antoja innecesaria, como Helena Bonhan Carter o el artificioso Crispin Glover. Tanta estilización no aporta nada en absoluto a sus personajes y, una vez mas, invita a la desdramatización de estos en pro de la simple anécdota.

En definitiva, una obra visualmente magnifica pero tremendamente plana y sin alma. Lo que Burton logró superar con Charlie y la fábrica de chocolate no es conseguido aquí. Y es que no es lo mismo Warner que Disney.


Calificacion: 6/10

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