sábado, 17 de abril de 2010

La isla y su Interior.


El encasillamiento es uno de los males endémicos del cine. Sin embargo Dunia Ayaso y Félix Sabroso, englobados dentro de una falsa comedia, crean aquí su drama más personal. La isla interior es un drama como los de antaño, lleno de miradas y sentimientos, de verdades como puños. Narra la historia de una familia disfuncional que se reúnen ante la inminente muerte de su padre en Gran canaria, tierra de los realizadotes y que funciona como un personaje mas dentro de este puzzle de emociones.

Hay que destacar lo sólido del guión y que es el humor de fondo (lo juro, hay humor) el que hace coherente una historia tan sórdida como esta. Es una obra de personajes, todos ellos maravillosos. Destaca por encima de todos Alberto San Juan en la que quizás sea su composición mas lograda hasta el momento. La metamorfosis del actor es increíble y nos convence por completo de que esta viviendo en esa línea tan delgada que separa realidad y locura. Locura, si, esa es la base de toda la película. El miedo a la locura y sus consecuencias. Miedo a que nos posea y posea a todos los que nos rodean aunque, a fin de cuentas, los locos son ellos, los que nos rodean y hacen que el mundo sea como es.

Especial atención merecen también los personajes de Candela Peña y una inconmensurable Geraldine Chaplin en lo mas alto de su carrera. Geraldine recrea el personaje de la madre que todo lo sabe o sospecha pero que tiene que lidiar con una familia en la que todos se hacen daño. Es el catalizador de las emociones, la que decide que esta bien y que no. Su escena llorando en la cama y sus silencios son antológicos.

La isla interior es un balcón a las emociones de una familia y a su cotidianidad con la locura.



Calificación: 7/10

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