Después de la más que correcta Gone, baby, gone, sobre todo para ser una ópera prima, Ben Affleck se vuelve a colocar detrás de las cámaras para realizar su segundo largo como director.
Se trata de la adaptación a la pantalla grande de la novela de Marcus Sakey The Blade Itself. La historia trata de dos amigos de la infancia que se hacen famosos cometiendo delitos. Según crecen, sus vidas cada vez se van distanciando más hasta que llega un momento donde vuelven a reunirse y donde la verdadera amistad se pondrá a prueba por el oscuro pasado de uno de ellos.
La adaptación corre a cargo del propio Affleck y de Aaron Stockard (si, sin Matt Demon).
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